La pérdida de peso involuntaria es una señal de alerta
La pérdida de peso que se produce de manera involuntaria en las personas mayores es uno de los principales signos que puede ser motivo de estudio médico, dado que puede estar relacionada con una ingesta insuficiente de energía y nutriente, generalmente debido a una pérdida de apetito, o ser una manifestación que acompañe una enfermedad.
Aun siendo la pérdida de peso en el anciano un signo importante, lo es más la velocidad de dicha pérdida o sus variaciones en el tiempo.
Las principales causas de pérdida involuntaria de peso en el anciano son la pérdida de apetito, también conocida como inapetencia o anorexia, el seguir una dieta restrictiva y/o excluyente que tenga como consecuencia una ingesta insuficiente, la presencia de un bajo estado de ánimo o tristeza, la presencia de problemas gastrointestinales, que derivan en la malabsorción de los nutrientes presentes en los alimentos o de enfermedades graves y otras. A menudo esta pérdida de peso puede implicar desnutrición, que a su vez puede conducir a deterioro funcional, a un mayor riesgo de infecciones, de úlceras por presión, menor tolerancia de la medicación, etc.
Para conocer si la pérdida de peso es grave o no, el parámetro más utilizado es el porcentaje de pérdida de peso en el tiempo y se calcula a partir del peso habitual y del peso actual de la persona mayor:
En la tabla adjunta se muestran los resultados que permiten conocer la gravedad de la pérdida de peso en función del periodo de tiempo en que se ha producido
Ante pérdidas de peso significativas o severas, debe consultarse con un especialista, que se encargará de practicar una valoración exhaustiva y recomendará la intervención nutricional más adecuada, que puede ir desde modificar la dieta tanto cualitativamente como cuantitativamente, pasando por la suplementación nutricional de la dieta y hasta la instauración de una nutrición especíal.